martes, 2 de junio de 2009

La Llorona

Con la brisa de la montaña, el sonido de los riachuelos y el canto e las aves, se pasan los días en el campo, aquellos pueblos donde aun se disfruta de la verdadera vida, la calma y los verdaderos sueños, donde una joven pese a todo esto, decidió ser como las muchachas de la capital y cambiar su forma de ser, de vivir.

Desde aquel día en que ella fue a la finca de su patrón un día de verano viendo toda la belleza y sofisticación en las mujeres de la capital, se preguntó; porqué yo no? La joven antes humilde y sencilla cambió su estilo y trató de parecerse a aquellas, cuando un día su jefe decidió llevársela consigo a trabajar a la capital, a su casa. Como cualquier ciduad capital, San José la corrompió al instante con sus modas y vicios, tranformándola así en algo totalmente diferente, dejando de lado sus valores.

Al tiempo conoció a un joven de edad similar a la suya, muy guapo e inteligente, quien gustaba de tomar licor. Tras una noche de pasión y desenfreno, vino la noticia de que la joven daría a luz en 9 meses pues estaba embarazada.

Después de unos meses la joven viajó de vuelta a su pueblo, al campo. Donde antes de ir a su casa y ver a sus padres, parió un niño, tirándolo inmediatamente a la parte más profunda del río más cercano.

Hay quienes han visto a esta mujer por los ríos y quebradas buscando inútilmente el cadaver de su bebe, arrepentida por su inhumana acción, deseando haber evitado esto. Su llanto desesperado preguntando por su criatura resuena por todos lados, los chillidos aterradores de ella son capaces de asustar hasta al más valiente, hasta al sabanero más duro...Pues son gritos, de dolor, gritos de pánico...

RELATOS:

Conozco de alguien que mientras realizaba una gira universitaria, salió de la tienda donde acampaba, puesto era su turno de realizar la guardia. El tipo se alejó un poco y escucho un canto singular, un canto que se iba escuchando cada vez más parecido a un llanto o a un chillido. Él supuso que era algún animal que merodeaba por ahí, hasta que observó entre los árboles cerca del rio algo similar a una luz blanca con la silueta de una mujer, que saltaba entre las piedras, y cada vez se iba acercando más esa luz, haciéndose más fuerte aquel sonido, a tal punto que quienes estaban en las tiendas de campaña lo escucharon también... Aportado por Jimmy Soto

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